Es una de las herramientas más potentes de la osteopatía. A través de maniobras muy sutiles, se trabaja como una misma unidad el componente físico y el emocional.
Se vale de las estructuras y movimientos involuntarios de nuestro organismo para facilitar una recuperación óptima. Las fascias, la movilidad de las menbrabas intracraneales e intrarraquideas, la movilidad articular de los huesos del cráneo, el movimiento involuntario del sacro entre los huesos ilíacos y de la fluctuaón del líquido cefalorraquídeo son las bases sobre las que trabajar con esta terapia.
En una misma sesión es común mezclar distintas técnicas craneales con masaje o manipulaciones osteopáticas según la necesidad.
La osteopatía craneal aborda cualquier disfunción mecánica y emocional del cuerpo, de la misma forma que lo hace la ostepatía convencional, pero abordándolo de una manera distinta. Uno de los casos más comunes para utilizar estas técnicas es con la osteopatía infantil.
Es común trabajar con: